miércoles, 1 de abril de 2009

Si los objetos cobraran vida 1

El ser humano es egoista por naturaleza, si, todos pensamos en convivir en sociedad y ayudar al prógimo o si no nos sentimos tan altruistas por lo menos la mayoría de nosotros piensa en cumplir con su rol en la sociedad, pero eso de que sea por el bien de todos no me lo creo todo el tiempo. Si nos limitamos a cumplir con nuestros deberes no es tanto por un valor cívico, sino por conseguir el bien propio, ejemplo: Si voy al corriente en los pagos de mi casa no corro el riesgo de perderla; Si nos queremos creer mejores que eso y no tan materialistas diríamos que ayudamos a los demás y eso nos hace sentir bie, yo diría que ayudamos a los demás para sentirnos bien y eso inmediatamente lo convierte en una acción egoista, un claro ejemplo de esto es que no dejamos de rodearnos de todo lo que nosotros queremos para mandarle comida a los necesitados. Si bien, estamos dispuestos a dar cinco o diez pesos a las personas que se ven muy necesitadas, nunca pensamos en dar lo suficient para una comida real (50, 60 pesos) o o deshacernos de cosas que en realidad no necestiamos para sobrevivir y que se pueden considerar como un lujo, porque nuestro valor depende mucho de nuestras posesiones en esta sociedad capitalista, y nadie quiere sentirse que vale solo lo equivalente a su comida de ese día.

En fin, no es de eso de lo que quiero hablar hoy, sino de esta fortaleza material que nos hemos contruido con nuestras posesiones y como eso se puede volver en nuestra contra aunque no precisamente en la forma que voy a describir, por lo menos no fuera de una historia de ciencia ficción.

Imagina que duermes tranquilamente en tu casa, tu cuarto, tu cama, con tus cobijas, tu almohada y rodeado de todas tus valiosas y preciadas posesiones, repentinamente escuchas voces y gritos, aún es de noche y no es normal que los vecinos armen escándalos, así que de un momento a otro vuelves desde cualquier lugar que estuvieras soñando al mundo de la conciencia, al menos eso crees.

Poco a poco, mientras despiertas vas teniendo noción de tu entorno y te das cuenta que no es ninguna trifulca exterior la que ocasiona tal escándalo, sino tu reloj despertador gritándote de manera alterada. Tu reloj despertador gritándote de manera alterada? Puede que despues de todo no sea tu lindo reloj rosa que alguien te regaló en alguna navidad pasada, sino su versión perversa, histerica y.... viva.

Dicho despertador aprovecha su inseperada animación para reclamarte por años de maltratos y falta de apreciación, te grita que no le importa que tú despiertes de mal humor ni que a esa hora consideres apropiado apagar la alarma con un golpe, sin siquiera notar lo desconcertada que te encuentras porque para ti no es normal que algo no humano te hable.

Sin estar completamente conciente de tus movimientos sales de la habitación claramente perturbado, en busca de un lugar tranquilo donde meditar los acontecimientos de los últimos veinte minutos e intentando esclarecer si en realidad ocurrieron o fue producto de tu imaginación, tal vez un sueño. De ésta manera diriges tus pasos al lugar mas privado de tu casa: el baño, y justo despues de cerrar la puerta te encuentras en una seria confrontación con tu cepillo de dientes y tu excusado que tiene muy buenas razones para quejarse y gritar que esta cansado de tu mierda, frase que cobra un sentido bastante interesante viniendo de semejante emisor.

Por alguna razón esa es una conversación de la que no quieres participar, por lo que te disculpas y sigues sin tener idea de cómo es que tus posesiones estan tomando el control de tu casa y tu vida. De cualquier forma un shock lleva a otro y tu muy pronto te encuentras en otra situación bizarra, pero vuela el ave y queda atrapada en la red y tu no eres muy diferente, el miedo que se ha apoderado de ti te convierte en la presa perfecta, pues por cuidar tu espalda no ves por dónde caminas y te diriges al lugar donde ya te están esperando tus zapatos y ropas.

Para estos momentos estás convencido de que todo es un sueño, por lo que cuando tu ropa te comienza a reclamar que no eres considerado y que siempre la usas, te ríes calmadamente, pero eso es un error, ya que ellos no encuentran nada gracioso el "duh!" que les diste por respuesta. Y así en pocos minutos te subyugan y aprendes lo que morir ahogado al ser superado por un mar de materialismo incontrolable, y finalmente te arrepientes de haber comprado tanto, pero ya es muy tarde.